sábado, 19 de septiembre de 2009

Si algo te perturba...

Recientemente mi filosofía personal se ha ido nutriendo de de un valemadrismo crónico. En sí, estoy ocupada en enriquecer mi conocimiento, siempre podemos aprender tantas cosas y es maravilloso poder expresarlo con un "aahh!" como decía mi maestro de semiótica al que tanto extraño...

Lo que amerita mi valemadrismo es en cuanto a las relaciones interpersonales de cualquier tipo. Es decir, cualquier relación humana es difícil. Quién diría que tantos y tantos años de estudiosos dedicados al perfeccionamiento del lenguaje y la comunicación se vean desvirtualizados por el burdo, absurdo y ridículo uso que hacemos de este. Y que decir de las filosofías, educación moral, formación religiosa, deber cívico, etc, etc.

Mi valemadrismo viene al quitarme la responsabilidad de entablar relaciones innecesarias. Y se leerá feo (quién dijo que la realidad no lo fuera), pero en definitiva, uno tiene que buscar personas de la misma especie, del mismo nivel intelectual y cultural y sobre todo de intereses, de lo contrario, el sabio tendría que arrastrarse o rebajarse y el tarado tendría que intentar volar y eso me recuerda una metáfora del mismo profesor ya mencionado.

Pero por favor no me malinterpreten, yo sé que de todos se puede y se debe aprender algo, aunque eso ello fuera "no perder el tiempo con esa clase de personas", pero nadie tiene la obligación de cargar zombis o piedras en el difícil vaivén de la existencia.

La filosofía es; si algo te perturba*, deshazte de ello, y si algo te enriquece, consérvalo. Así de fácil, así de sencillo :)

PD. Ohh Dios, pero por favor no me vayan a malinterpretar. Quien sea aludid@ será que no cumple su palabra pues nada tendría que estar haciendo en este humilde blog x) espero que entiendas (sí, soy despectiva ¿y?)

PD.2. Gracias a mis fieles lectores, un cordial saludo para todos los que no se escudan bajo una patética ignorancia.


Conejito :3


*perturbar

1. Trastornar el orden y el estado de las cosas.
2. Quitar la paz o tranquilidad a alguien.
3. Hacer perder el juicio a una persona.